En la charla presentada por Daniel Mejía, se abordó el tema de la argumentación política y las nuevas definiciones propuestas para viejos problemas. En este sentido, se destacó la importancia de las definiciones en la argumentación y se presentaron distintas formas de definir un término.

En primer lugar, se discutió la importancia de las definiciones precisas y claras en la argumentación política. Se señaló que una definición clara permite evitar malentendidos y confusiones, lo que a su vez contribuye a una discusión más constructiva y productiva. Asimismo, se destacó que las definiciones pueden ser utilizadas como herramientas de persuasión, ya que permiten establecer los términos del debate y orientar la discusión hacia ciertos puntos de vista.

En segundo lugar, se presentaron distintas formas de definir un término, como la definición ostensiva, la definición por negación, la definición por ejemplo y la definición por etimología. Se explicó que cada forma de definición tiene sus propias ventajas y limitaciones, y que la elección de una u otra depende del contexto y del objetivo de la argumentación.

En cuanto al extremismo, se discutieron las distintas posturas y se criticó la confusión reciente entre extremismo violento y terrorismo. Se distinguió entre tres formas de extremismo: metódico, ideológico y psicológico. Se definió el extremismo como una posición de naturaleza radical que pretende cambiar o desafiar un statu quo y que puede ser defendida por un individuo o por un grupo; que se refiere a un tema político o no político; que puede tener expresiones tanto positivas como negativas, y que se sostiene de forma decidida.

En cuanto a los distintos "ismos", se discutió sobre el terrorismo, el radicalismo y el fundamentalismo, cada uno con sus propias connotaciones y características. Se destacó la importancia de distinguir entre estos términos para evitar confusiones y simplificaciones excesivas.

Por último, se habló sobre la propaganda y su relación con la irracionalidad. Se cuestionó la idea de que el discurso propagandístico sea antitético a los ideales democráticos y se propuso una visión más matizada y realista del discurso democrático. Se señaló que la propaganda puede ser utilizada tanto para fines positivos como negativos, y que su efectividad depende en gran medida de la habilidad del emisor para persuadir al receptor.

En conclusión, la charla presentada por Daniel Mejía abordó temas relevantes y actuales en el campo de la argumentación política, ofreciendo nuevas perspectivas y definiciones para viejos problemas. El informe presentado cumple con los requisitos establecidos al presentar un resumen claro y conciso de los temas tratados en la charla, incluyendo las definiciones de los términos clave. Se destaca la capacidad del autor para evaluar críticamente las ideas presentadas y relacionarlas con otros temas políticos y sociales relevantes.